-¿Y usted?
-Lo mismo.
Es lo bueno que tienen las pruebas de 24 horas cuando se hacen por relevos, oye, que te dejan tiempo para todo. No hace falta avituallarse en marcha, ni mear disimuladamente en las esquinas de la pista... En cuanto termina tu relevo puedes hacer lo que Santiago y yo, esto es, salir tranquilamente del recinto, cruzar la calle y meterte en el primer bar. Esta vez, como ya es la hora de cenar, mientras los demás dan vueltas nosotros nos hemos venido a un kebab, que es el único lugar del barrio que no está repleto de gente viendo el fútbol, fumando y gritando. También se ha apuntado Rubén y a última hora lo ha hecho un señor que estaba en la pista viendo la carrera y al que no conocemos de nada pero es el que lleva el peso de la conversación.
-Y una cocacola.
Otra cosa buena de las pruebas por relevos es que si se da la salida y tú todavía no has llegado tampoco pasa nada. Ya saldrá el otro y tú harás el segundo relevo cuando llegues. No hay prisa. Así que yo me he venido a Barcelona hoy mismo. Y como el avión se ha retrasado diez minutos y he perdido el cercanías de las once menos veinte, he tenido que coger el de las once y diez, y cuando he llegado ya estaban los demás compitiendo (aunque también es verdad que quizás habría llegado justito si al dejar la estación hubiera preguntado donde estaban las pistas y no me hubiese empeñado en dejarme guiar por mi intuición). Con todo, tengo que decir que he salido de casa esta mañana llevando puestos los pantalones de atletismo debajo de los vaqueros para no perder mucho tiempo cambiándome luego. Que aunque en la prueba por parejas Santiago y yo tengamos pocas posibilidades, uno es una persona responsable.
-¿Parejas, dices? Pero si estáis aquí los dos cenando... ¿quién está ahora en la pista?
-Lo mismo.
Es lo bueno que tienen las pruebas de 24 horas cuando se hacen por relevos, oye, que te dejan tiempo para todo. No hace falta avituallarse en marcha, ni mear disimuladamente en las esquinas de la pista... En cuanto termina tu relevo puedes hacer lo que Santiago y yo, esto es, salir tranquilamente del recinto, cruzar la calle y meterte en el primer bar. Esta vez, como ya es la hora de cenar, mientras los demás dan vueltas nosotros nos hemos venido a un kebab, que es el único lugar del barrio que no está repleto de gente viendo el fútbol, fumando y gritando. También se ha apuntado Rubén y a última hora lo ha hecho un señor que estaba en la pista viendo la carrera y al que no conocemos de nada pero es el que lleva el peso de la conversación.
-Y una cocacola.
Otra cosa buena de las pruebas por relevos es que si se da la salida y tú todavía no has llegado tampoco pasa nada. Ya saldrá el otro y tú harás el segundo relevo cuando llegues. No hay prisa. Así que yo me he venido a Barcelona hoy mismo. Y como el avión se ha retrasado diez minutos y he perdido el cercanías de las once menos veinte, he tenido que coger el de las once y diez, y cuando he llegado ya estaban los demás compitiendo (aunque también es verdad que quizás habría llegado justito si al dejar la estación hubiera preguntado donde estaban las pistas y no me hubiese empeñado en dejarme guiar por mi intuición). Con todo, tengo que decir que he salido de casa esta mañana llevando puestos los pantalones de atletismo debajo de los vaqueros para no perder mucho tiempo cambiándome luego. Que aunque en la prueba por parejas Santiago y yo tengamos pocas posibilidades, uno es una persona responsable.
-¿Parejas, dices? Pero si estáis aquí los dos cenando... ¿quién está ahora en la pista?
4 comments:
jaja, eso he pensado cuando ponias que estabais los dos en el kebab... a este paso veo que la cronica de Sixto quedara pequeña..jaja
Tengo que añadir que el DÜRÜM no me sentó del todo bien, y al poco tuve que ir de urgencia al...
Si es que es lo del kebab lo que lo convierte en deporte peligroso y "ultra", xD. Fuera de esto, creo que se refleja perfectamente lo que son este tipo de pruebas.
Este texto es para un concurso de microrrelatos. Brillante.
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