Crónica telefónica de nuestro enviado especial ALFREDO GIORGI
Les llaman «fakires» de la ruta y, sobre todo, viéndoles en la fase final de esta gran marathon, marchar imperterritos en pos de una meta que, para los que no pueden acariciar sueños de victoria ni de una clasificación rumbosa, lo mismo da que esté situada aquí o veinte kilómetros mús adelante, hay que reconocer lo acertado de tal calificativo.
Doblemente merece- dores de admiración, por el espíntu deportivo que les induce a perseverar para clasificarse antes del cierre de control, son justamente los que, con la misma impasividad con que los «fakires» se quedan tranqui- lamente sentados sobre un lecho de clavos, insisten en un agotador esfuerzo, bajo cierto aspecto, sin ninguna contrapartida. De entre los cuarenta y cinco «fakires» que han dado vida a la trigésimo sexta edición del popular y otoñal Criterium Europeo de marcha atlética (a última hora ha habido cinco bajas), han destacado dos ingleses —Misson y Thompson— que han sido los grandes protagonistas del día. La lucha por la victoria que entre sí han llevado a cabo, ha sido, sin ningún género de dudas, el episodio de mayor relieve de una carrera que a lo largo de sus cien kilómetros se ha desenvuelto entre el tradicional entusiasmo de una legión de aficionados que sabe apreciar el esfuerzo que un atleta ha de rendir, tan sólo para alcanzar la meta.
LA CRONICA DE LA CARRERA
Ha empezado á las cinco de la mañana frente al Ayuntamiento de Lugano y ha terminado en Lecco, después de las tres de la tarde. No hay grandes cosas a explicar, ya que en los primeros 87 kilómetros, exactamente hasta Airuno, Thompson se ha mantenido en cabeza, habiendo constantemente «navegado» a sus espaldas, su compatriota Misson. En el punto citado, éste le ha dado alcance, desbordándole poco después.
Una desacertada distribución de fuerzas ha hecho que el vencedor en la edición de 1955 cayera presa de gran desfallecimiento, justamente cuando se produjo el ataque a fondo de Misson.Basta con decir, para comprender la gravedad de esta crisis, que en los últimos 10 kilómetros Thompson se vió obligado a ceder una docena de minutos. Tras los dos británicos se ha mantenido constantemente el sueco Ake Sooderlund, que ha logrado clasificarse tercero. A espaldas de éste, el vacío, debido a que el cuarto clasificado, el italiano Pamich, al igual que el español Aparici, debutante en prueba de tan larga distancia, se ha clasificado con un retraso de unos cuarenta minutos sobre el vencedor. A pesar de la desventaja que suponía el debut de tan dura marathon, la actuación del campeón de España, Aparici, puede calificarse de plenamente satisfactoria, ya que en esta ciase de carreras, terminarla es ya algo muy menitório. En los primeros 50 kilómetros, el atleta del Club Gimnástico Barcelonés se mantuvo entre el grupo de los primeros, perdiendo luego distancias. Es muy posible que Aparici vuelva a diputar los 100 kilómetros el año próximo. ya que en conjunto ha causado excelente impresión. Si así fuera, muy posiblemente otro gallo le cantaría en la prueba de 1958.
Hasta el amanecer, es decir, hasta la frontera italo-suiza, la carrera se ha desarrollado entre una persistente neblina. Luego el día ha ido mejorando hasta dar paso al buen tiempo que los corredores han encontrado en la meta.
CLASIFICACION
1. Misson (Inglaterra) 9.40’03" (Prom.: 10,347 kms.)
2. Thompson (Ing.) a 9’07"
3. Sooderlund (Suec.) a 12’12"
4. Pamich (Italia) a 30’00"
5. Manzoni (Italia) a 41’42"
6. Checkley (Ing:) a 53’20"
7. Rota (Italia) a 56'35"
8. E. Sooderlund (S.) a 1.05’
23. Aparici (España) 12.20’