lunes, 29 de septiembre de 2008

Los Seis Días: O'Leary vs Weston

Ahora que los Seis Días vuelven a ser actualidad, revisando viejas carpetas, rescatando algún libro medio perdido en las estanterías y empleando el google, durante este fin de semana he conseguido reconstruir más o menos la historia del nacimiento de esta prueba. También he hecho diez kilómetros el sábado y otros tantos el domingo.
La primera competición de marcha de seis días se celebró en Chicago del 15 al 20 de noviembre de 1875. Daniel O'Leary, un aplicado andarín irlandés que había emigrado a los Estados Unidos, decidió desafiar al caminante más famoso de Norteamerica, Edward Payson Weston, a un mano a mano "fair heel and toe" sobre seis días. La elección de ese número no era arbitraria: seis días era lo máximo que se podía competir ininterrumpidamente sin quebrantar el precepto dominical.
Aunque Weston se mostró en principio muy reacio a aceptar el reto, acusando a su rival de estar todavía "muy verde", acabó cediendo. La pista, de poco más de 200 metros, se dividió en dos paralelas, de manera que Weston y O'Leary no se encontrasen jamás codo con codo. Weston caminó por la pista interior y O'Leary por la exterior. Finalmente, tras 144 horas de marcha, se impuso O´Leary, que recorrió 810km (503 1/3 millas) por 726,7 (451 4/7 millas) de su rival, lo que le llevó a autoproclamarse "campeón del mundo".
Ambos marchadores disputaron la revancha en Londres a partir del 2 de abril de 1877. La prueba se disputó en el Royal Agricultural Hall y durante los seis días pasaron por el recinto, previo pago de la correspondiente entrada, más de 70.000 espectadores. Cada marchador debía cobrar 500 libras y el ganador llevarse además dos tercios de la recaudación. El vencedor fue de nuevo O'Leary, que esta vez cubrió un total de 836,4km (casi 520 millas), por 820,7 (510 millas) de Weston.
Como O'Leary seguía autoproclamándose campeón mundial a pesar de haber solo ganado a Weston (que no era poco), sir John Astley, conocido deportista (era un antiguo sprinter) y miembro del Parlamento, decidió patrocinar un verdadero campeonato del mundo que reuniera a los mejores atletas de larga distancia de ambas orillas del Atlántico. Asimismo, y toda vez que el juzgamiento de la regla del "heel and toe" provocaba algunos problemas -el estilo de Weston era considerado un tanto dudoso-, Astley decidió que las competiciones se disputaran bajo la norma "go as you please" (estilo libre). A partir de este momento, las pruebas exclusivamente de marcha dejaron prácticamente de disputarse.

sábado, 27 de septiembre de 2008

Vuelven los Seis Días

Parece que hubiera estado media vida esperando esta noticia. El organizador de los Seis Días de Antibes ha decidido que la edición de 2009, que se disputará durante la segunda semana de junio, incluirá una clasificación específica para marchadores.

El hombre de la foto es George Littlewood. Del 6 al 11 de marzo de 1882, en Sheffield (Inglaterra) recorrió fair heel and toe, esto es, marchando, un total de 855,180km. Se trata del récord mundial de marcha más antiguo todavía vigente. El motivo de ello es doble. En primer lugar, porque se trata de una marca estratosférica. En segundo, porque las pruebas de Seis Días en la modalidad de marcha habían empezado ya a ser superadas en popularidad por las de estilo libre (go as you please), patrocinadas por sir John Astley y convocadas a modo de campeonato mundial en América y Gran Bretaña. El mismo Littlewood estableció unos años después en Nueva York el récord en esta última modalidad dejándolo en más de mil kilómetros, récord que tardó casi un siglo en ser superado por Yannis Kouros.

En los últimos tiempos, aunque los Seis Días de carrera se han venido disputando en diferentes lugares del mundo, los de marcha se han celebrado únicamente en Colac, Australia, y en el marco de una prueba de "estilo libre". La categoría específica fue establecida solo a partir de 1996 y en varias de las ediciones celebradas desde entonces no se contó con ningún marchador en competición. La prueba de Colac dejó de celebrarse en 2006, por lo que el ranking mundial de los tiempos modernos en los Seis Días queda, salvo error u omisión, tal como sigue:
622,000km Gerald Manderson (AUS) 15/20.11.1999
540,000km Peter Waddell (AUS) 16/22.11.1997
495,200km Norman Morris (NZE) 15/21.11.1996
482,539km Stan Miskin (AUS) 16/22.11.2003
306,800km Ron McGregor (AUS) 20/26.11.2005
En categoría femenina:
448,170km Deborah de Williams (AUS) 21/27.11.2004

jueves, 25 de septiembre de 2008

Un problema menos

Como colofón a la discusión final mantenida en el foro de El Atleta sobre la historia de la regla de la flexión en la marcha, traigo aquí esta imagen tomada de la extraordinaria web gráfica Multimediavisini. El marchador de la foto es precisamente Vittorio Visini, antiguo marchador internacional italiano (sexto en los 50km de México 68, entre otras cosas) y hoy gran capitoste de la marcha de su país. Como se ve, va flexionado. Pero la foto pertenece a una prueba disputada en la década de los setenta, por lo que, en virtud del reglamento vigente entonces, marcha de manera totalmente correcta (de hecho, a Visini no le descalificaron jamás en toda su carrera). Según dicha versión del reglamento, la pierna debía estar recta obligatoriamente solo cuando se encontrara en posición vertical (suponiendo que la prueba en cuestión se hubiera disputado después de octubre de 1972; antes de esta fecha, el reglamento ni siquiera era tan concreto). En otras palabras, se podía marchar ligeramente flexionado. Desde 1995 (¿o fue 1996?) ya no se puede.
¿Por qué? ¿Cómo es que lo que hasta entonces era marcha de pronto dejó de serlo? No fue por razones de tipo biomecánico, ni histórico. No se pretendía encontrar una mejor definición de marcha. El único objeto del cambio fue el de quitarle un problema a los jueces.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Postal Express

El pasado fin de semana se disputó en Roncey dans la Manche (Francia) una nueva "marche des facteurs", una prueba de marcha reservada a empleados del cuerpo de correos. Estas carreras, en las que los participantes competían en uniforme de faena, fueron antiguamente bastante comunes en Francia y otros países, como Bélgica y Gran Bretaña, y algunas, como la de Gagny se convirtieron en clásicas y llegaron a concitar el interés de conocidos marchadores/carteros: Alain Lemercier, Hristos Karagiorgios, Jorge Costa..
La prueba de Roncey fue de 11,4 kilómetros y los marchadores postales de la foto son Emmanuel Tardi y Claude Hirtz.

martes, 23 de septiembre de 2008

¿Se puede o no se puede?

Tomas Galindo ha colgado en Youtube este vídeo con Paquillo y Jefferson en plena acción durante la disputa de la final de la Challenge Mundial con la intención de demostrar que es posible marchar a 4:01 el kilómetro sin perder contacto con el suelo.
Antes de ver el vídeo mi opinión es que, independientemente de que sea posible o no, nadie marcha hoy a 4:01 sin perder contacto. Más aún: con el estilo actual, ya nadie marcha a menos de 4:30 sin despegar del suelo.
Y ahora vamos a ver el vídeo.

lunes, 22 de septiembre de 2008

Zoltan Czukor: Castro Urdiales, Cheboksari, Pekín y, finalmente, Roubaix

El húngaro Zoltan Czukor es, a sus 46 años, uno de los marchadores más veteranos del circuito internacional. Este año estuvo en los 50km del nacional de Castro Urdiales, donde se retiró; en la Copa del Mundo de Cheboksari (46º con 4:10:43) y en los Juegos Olímpicos de Pekín (46º con 4:20:07). Para concluir la temporada compitió este pasado fin de semana en las 28 horas de Roubaix, una de las más prestigiosas pruebas de gran fondo, que este año ha celebrado nada menos que su 55ª edición.
Como todo marchador de velocidad (terminología francesa) que toma parte en una prueba de gran fondo, Czukor salió zumbando y en seguida adquirió una importante ventaja sobre los demás. Al cumplirse las primeras seis horas de prueba había doblado ya -vuelta de 3,4 kilómetros- a todo cristo excepto al segundo clasificado. A partir de ahí, como también suele pasarle a los marchadores de velocidad (estos se creen que todo el monte es orégano), empezó a disminuir su ritmo y ver recortada paulatinamente su ventaja. Finalmente, Zoltan Czukor terminó las 28 horas en 16º lugar (18º si contamos las dos mujeres que lo hicieron delante) tras recorrer 194 kilómetros y 565 metros.
El ganador fue el ruso Dimitri Ossipov con 238,175km.

sábado, 20 de septiembre de 2008

El primero

Después de casi dos semanas de no marchar ni un kilómetro, hago el primer entrenamiento de la temporada (es una manera de hablar, a estas alturas yo ya no distingo temporadas, inicios ni fines).
10 kilómetros en 1 hora y 8 minutos.

martes, 16 de septiembre de 2008

Torrente de Pareis (y 2)


Copiado de la red
El Torrent de Pareis es un cañon de tres kilometros de longitud, en la que la acción del agua torrencial sobre la roca calcarea y los procesos de disolución cárstica han originado una gran fractura téctonica, formando un valle abrupto de trazado bastante recto y con paredes verticales de 200 metros de altitud.
Por sus condiciones naturales y ubicación se convierte en uno de los lugares más espectaculares de la Serra y en la “reina” de las excursiones-aventura en las montañas de Mallorca. Fue declarado Monumento Natural por el Govern Balear en el año 2003.
El recorrido es de 5 km, con un desnivel acumulado de 630 m, que obliga a caminar entre 4 y 5 horas. El descenso presenta unas dificultades técnicas en su recorrido, acompañadas de un esfuerzo físico considerable. Esta catalogada como excursión difícil y por supuesto hay que contar con un guía suficientemente experimentado. Prácticamente cada año se registran incidentes y hay que realizar rescates.
Fue la semana pasada. Anoto la fecha en mi cuaderno como si fuera un entrenamiento (y para que quede constancia de la segunda y última vez en mi vida que lo recorrí. )

lunes, 15 de septiembre de 2008

Puré de patatas


No se dirá que no asumo mis fracasos, aunque sea con una semana de retraso. Saint Thibault des Vignes, a unos 40 kilómetros al este de París. Primera edición de su prueba de 24 horas. A toro pasado, viendo los resultados -el primero fue Stephane Paille con 190km- pienso que debí haber ganado. O quedar segundo al menos. Mi entrenamiento era semejante al del año pasado y entonces, durante las 28 horas de Roubaix, cubrí 194km en las primeras 24.

Pero esta vez estoy solo. Solo y en pelotas. No tengo avituallador ni casi avituallamiento propio. Unas barritas, unos dátiles y listo. Y tampoco lugar donde ponerlo. Tengo que dejar mis cosas en un rincón de una tienda del equipo de Vernon, Sylvianne, Alain y compañía. Salgo a la aventura, como hacía años que no lo hacía. Pero entonces no me recibía el organizador diciéndose que esperaba que ganase. En el avituallamiento oficial hay fruta, agua, coca-cola y café, y dicen que por la noche pondrán sopa. A ver cómo me las apaño, me digo.

A partir de la tercera hora marcho junto a Sandra Brown, lo que me indica que muy fino no debo ir, pero tampoco hay que alarmarse; todavía queda muchísima carrera. Al poco, Richard, el marido de Sandra, y Cathy, que también está aquí para ayudarla, se ofrecen a avituallarme. "Si necesitas algo, nos lo pides.” Pero ni siquiera me dejan pedirlo. Desde la siguiente vuelta empiezan a avituallarme unilateralmente. Me dan lo mismo que a Sandra: Puré de patatas cada dos vueltas, esto es, cinco kilómetros. Puré frío, porque ellos también vienen con el equipaje justo. (Comer puré frío a medianoche es una experiencia por la que recomiendo pasar a todo el mundo al menos una vez en la vida.)

En fin, que las horas se suceden y veo que empieza a abandonar gente: David Ruelle, Thierry Herinrich, Dominique Naumowicz, Roger Brunet. Yo sigo, pero ya digo que no voy lo fino que debería, y a partir de la octava hora ya ando bastante justo. Empiezo a bajar considerablemente el ritmo, me cuesta llevar los brazos altos, y me empieza a superar gente. Y a Sandra ya ni la veo. Me pongo más ropa. Doy una vuelta simplemente caminando. Me paro cinco minutos que al final casi son diez. Sigo otra vuelta. Me vuelvo a parar. Es la una de la madrugada. Tengo todavía catorce horas de prueba por delante. Lo dejo. A la mierda con todo. 82 kilómetros. Lección aprendida.

Foto cortesía Guy Destré


Más fotos

lunes, 8 de septiembre de 2008

82 kilómetros y gracias

No habrá marcha ni blog en todo lo que resta de semana.

viernes, 5 de septiembre de 2008

Las 24 horas de Saint Thibault


En directo, Santiago y yo, a partir del sábado a las tres de la tarde, aquí y/o aquí.

martes, 2 de septiembre de 2008

Treinta años ya

La pueba de 50km marcha de los Europeos de Praga. de 1978 estaba programada para el 2 de septiembre En el periódico de ese día -no sé si era el As- venían los nombres de los tres españoles participantes. Agustín Jorba, José Marín y Jordi Llopart. Su sola presencia era una novedad. Nadie hablaba de medallas. Y la foto que acompañaba al texto era la de Jorba.

Televisión Española conectó con Praga al iniciarse las pruebas de pista de la sesión de tarde, así que los que tuvimos la suerte de pasar esa tarde ante el televisor (blanco y negro) no vimos la salida de los 50. Tampoco vimos nada apenas de su desarrollo. Cuando se llevaba ya más de la mitad de la carrera el comentarista (no consigo recordar quién coño era) interrumpió su narración de las carreras y concursos que acontecían en el estadio para dar cuenta de las noticias que le llegaban desde el circuito: Llopart iba en el grupo cabecero. Ni tiempos de paso ni leches. Llopart iba con los de delante y punto. Al cabo de un rato vimos por fin las primeras imágenes desde el circuito. Unos segundos tan solo. Llopart iba primero y no se veía a nadie detrás de él.

España no había ganado nunca una medalla en un campeonato de esa categoría y la posibilidad de conseguirla en la marcha hizo que a partir de ese momento dejara ya de interesar lo que pudiese suceder en el interior del estadio. Pero lo que sucedía fuera no lo veíamos. (Y pensar que ahora nos quejamos cuando cortan la retransmisión para poner anuncios o las series de 100 del puto decatlón.)

Tres horas y media, tres horas y cuarenta y cinco minutos... Y nosotros condenados a tragarnos las carreras, saltos y lanzamientos de turno. El comentarista estaba de los nervios y con él todos los demás.

Y de pronto volvimos a verle. Acercándose al estadio. Llopart. El primero. Y sonriendo.
Entró en la pista saludando y no dejó de hacerlo hasta que cruzó la meta. Levantó los brazos, caminó unos pasos y luego se puso de nuevo a marchar para dar la vuelta de honor. (Ahora esa costumbre de dar la vuelta de honor también marchando se ha perdido, lamentablemente.)

Aquella noche, la victoria de Llopart fue noticia de apertura del telediario. Por delante de la política nacional, la internacional o los sucesos (que entonces no había tantos). Ese día no sucedió nada más importante en España.

lunes, 1 de septiembre de 2008

¿Y por qué no para Jeff?

Oviedo, 31 Ago. (Europa Press) - El número uno del tenis mundial, el mallorquín Rafa Nadal, el campeón olímpico de natación, el norteamericano Michael Phelps, y el atleta más rápido del mundo, el jamaicano Usain Bolt, forman parte de la lista de candidatos a conquistar este año el Premio Príncipe de Asturias de los Deportes que se falla esta semana.
Los Premios Príncipe de Asturias llevan años, desde el momento mismo de su creación, luchando por alcanzar un reconocimiento mundial que siempre se les escapa. En lo que se refiere a su vertiente deportiva en concreto, el Premio Príncipe de Asturias ansía llegar a ser reconocido como una especie de Premio Nobel del Deporte Mundial. Por desgracia, el repetido empeño de los rectores de la Fundación en asegurarse de que el Príncipe le entregue cada año el galardón a alguien no solo bueno en su oficio sino también, y sobre todo, mediático internacionalmente, ha tenido como principal consecuencia que los Premios se encuentren inmersos en una espiral de frivolización y pérdida de prestigio cada vez más acusada. Podemos recordar aquí las grandes cagadas de anteriores ediciones, empezando por su concesión a Fernando Alonso o a otros que ni siquiera se dignaron a acudir a Oviedo a recogerlo (Carl Lewis, Martina Navratilova...). Ni se dan a quien más lo merece, ni tampoco a quién más podría valorarlo.
Este año había una gran oportunidad de premiar a alguien que, además de llevar a sus espaldas una carrera deportiva extraordinaria (que, por si fuera poco, concluye precisamente este mes, después de haber logrado no sé cuantas medallas en olimpiadas y mundiales), cuenta con unas importantes cualidades humanas. Me refiero a Jefferson Pérez.
A mí no me gusta cómo marcha Jefferson Pérez. No me gusta como se marcha, en general, en las competiciones internacionales. En mi opinión, eso no es marcha. Pero ello no es obstáculo para reconocer la categoría humana y deportiva de Jefferson y creer que le hacen merecedor del Premio antes que cualquiera de los candidatos de este año. Basta con leer algunas de sus últimas declaraciones.
El Universo, Quito, 30 de agosto - El presidente Rafael Correa, el referéndum del 28 de septiembre (donde se elegirá si entra o no en vigencia una nueva Constitución) y el derecho de los ecuatorianos de expresar libremente un punto de vista fueron los temas políticos que abordó Jefferson Pérez ayer en su primera aparición pública luego de arribar de Beijing, donde obtuvo la medalla olímpica de plata en 20 km marcha. (...)
Anoche, durante el homenaje que el pueblo cuencano le tributó, Jeff volvió a referirse al tema: “Cuando quieran decir algo, no tengan miedo, pero no se escondan detrás de un tipo que se rompe el alma representado a una nación para decir lo que quieren decir. Díganlo. Estamos en un país en que aún tenemos un Presidente que nos da libertad de hablar”.
En la mañana de ayer, en el auditorio del Banco Pichincha, explicó que luego de competir los deportistas emiten “mucha alegría y también pueden emitir muchas frustraciones, y una de las cosas que pasó por mi mente fue cuando en meses anteriores alguien me dijo que debería callarme (por expresar criterios contra el Ministerio de Deportes). Me dijeron: ‘Díganle a él que se calle’.
Pérez señaló que ese recuerdo fue la base principal de sus declaraciones en Beijing. “No puede existir persona en el mundo que nos calle. Hay que respetar la capacidad de pensar, de decir las cosas, estemos acertados o equivocados. Yo siempre voy a defender esa libertad de opinión”, expresó el andarín cuencano, quien de inmediato habló sobre el referéndum.
“Si alguien quiere elegir Sí a un cambio, porque muchas ocasiones hemos estado en situaciones adversas, que vayan por el Sí. Sin embargo, si van por el Sí, la responsabilidad no va a terminar en el momento en que sufraguemos por el Sí. Ahí se va a iniciar la responsabilidad, porque esta nueva forma de Constitución es responsabilidad de todos. No creamos que delegaremos la responsabilidad para que las autoridades hagan los cambios en la nación, eso no es posible”.
Al analizar el voto por el No, el marchista manifestó: “También hay personas que tienen la libertad para decir No: No quiero una nueva Constitución. Esas personas que no quieren una nueva Constitución seguramente son conscientes de los grandes errores que tuvimos en el pasado y que bajo ninguna circunstancia pueden volver a suceder ahora”.
Jefferson Pérez no solo sabría agradecerlo como sin duda el Premio merece, sino que la concesión del mismo habría supuesto una acontecimiento importante y un honor para su país. Un país, además, muy próximo a España. Otra oportunidad perdida.