Le recuerdo de mi primera prueba de gran fondo, hace cosa de 15 años (las cien millas de Schiedam de 1992), y ya entonces me pareció viejo. No le había vuelto a ver desde finales del siglo pasado (debió de ser en el mismo Roubaix en 1998) y me ha alegrado ver que no ha cambiado nada. (Incluso estoy por decir que sigue siendo igual de antipático, por mucho que en la foto aparezca sonriendo.) Sigue llegando al lugar de la prueba vestido con su clásico traje blazer del que lleva prendidas, como medallas al valor, las insignias que lo reconocen como centurión en diversas partes del mundo, y calzado no con zapatos a juego sino con zapatillas de marcha viejas. Una vez en Ruán le vi marchar, avanzada ya la competición, llevando en la mano un cigarrillo del que iba pegando periódicas caladas al mismo tiempo que sumaba kilómetros. En Roubaix finalizó en 32ª posición con 166 kilómetros y 880 metros. Como siempre, no hubo manera de cruzar con él una sola palabra. Es Bob Watts, inglés.
Fotos cortesía Nord Eclair.
Fotos cortesía Nord Eclair.
2 comments:
Y anuncia su llegada al puesto de avituallamiento con un estridente "IOOOOO", coreado entre risas por algunos de los presentes.
¿Tú también lo conoces? Joer, qué pequeño es el mundo.
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