jueves, 31 de julio de 2008

Adiós a los 200 kilómetros

En 1926, Emile Anthoine fundó la Unión Francesa de Marcha, independiente de la Federación Francesa de Atletismo. Su siguiente paso fue crear la más grande prueba de marcha del mundo: la París-Estrasburgo, de 500 kilómetros en una única etapa. No sería una prueba abierta a todos, sino solo a aquellos que hubieran obtenido su clasificación en una serie de pruebas selectivas a disputar sobre la distancia de 200km.
Desde entonces, las pruebas de 200km se han venido celebrando de forma regular en Francia (integradas en la UFM primero y en la FFA tras la desaparición de aquella) y en algunos países vecinos. La mejor marca mundial data de 1988, cuando el polaco Zbigniew Klapa logró en la localidad belga de Chapelle un crono de 19 horas y 55 minutos.
Claro que los 200 km solo lo eran para algunos. Como Klapas solo había uno y parecidos a él más bien pocos, el reglamento establecía que cumplidas las 24 horas todos los marchadores que no los hubieran cubierto fueran detenidos y clasificados según la distancia recorrida. La mayoría no lo conseguía. Solo unos 130 desde 1969, año en el que la prueba volvió al redil de la FFA. Yo lo conseguí por primera vez en Perpiñán en 2000, con 23 horas y 43 minutos. Rebajé mi marca en 2002 en Chateau Thierry con 23 horas y 25 minutos y pude haberlo vuelto a conseguir un año después en el mismo sitio, pero me quedé en 23 horas y 31 minutos. No volví a hacerlo. En 2004 gané la prueba que se celebró en Bourges con un tiempo de 24 horas y 16 minutos. Fui el único que cubrió la distancia entera y de ahí el empeño de los organizadores en que diera una vuelta más cuando ya había sobrepasado el límite horario.
En los últimos años ha bajado tanto que la mitad de las pruebas de 200 km que se han disputado entre 2007 y 2008 se han ganado ya con menos de esa distancia. Por eso la asociación de organizadores decidió hace unos meses que a partir de esta nueva temporada ya no habrá más pruebas de 200km. Llegan las 24 horas.