Después de haber hecho un 24 horas hace mes y medio, con la consiguiente pérdida de velocidad (se entiende que a estas alturas el término velocidad es relativo) y la inevitable relajación posterior, salgo con la idea de conformarme con bajar de 59. Después de la primera cuesta todavía creo que lo puedo conseguir. A mitad de la segunda empiezo a pensar que bajar justito de la hora tampoco estaría mal. La tercera cuesta no la tenía controlada. Una cuesta de adoquín rematada por media docena de escalones que me hace preguntarme qué putas hago aquí. Porque además resulta que hay que dar una segunda vuelta. Al final consigo bajar por los pelos de la hora, 59:42, pero eso ha sido principalmente gracias a que faltaban algunos metros.
Foto: EntrenaMilan.
domingo, 6 de mayo de 2018
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