Últimos entrenamientos, suaves ya, antes de las 24 horas de Château-Thierry. Doy un par de vueltas al aparcamiento del puerto, pasando junto a las terminales de pasajeros, para redondear el kilometraje, y en esto que veo como un policía portuario me sale al encuentro levantando los brazos para llamar mi atención. Esta escena ya la he vivido. Otro que se jubila y viene a despedirse. Es curioso que mientras han estado en activo nunca he llegado a hablar con ninguno. (Al contrario que con los del servicio de limpieza: Hace poco me paró uno a la entrada del dique para preguntarme si era verdad que, como le había dicho su compañero, soy campeón del mundo).
-Cuarenta años llevo aquí.
Cuarenta años haciendo marcha cumpliré yo el año que viene. En este mismo sitio, junto al Oceanográfico, fue donde hice mis primeros entrenamientos de técnica. Lo felicito y le deseo que disfrute de su jubilación.
-Que sigas viniendo por aquí muchos años.
2 comments:
No me creo nada, qué ganas de protagonismo.
Esa gente no está para estas historias que explicas. jajajaja
Me olvidaba, y cuidado con la edad y las reapariciones en sitios de viejos triunfos, pueden acarrerar sospresas desagradables. No tenemos 30 años.
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