martes, 9 de enero de 2007

Paradojas de la marcha

¿Qué pasaría si un atleta decidiera cubrir los 42.195 metros de un maratón simplemente caminando? Pues que, si no se hubiese establecido límite horario alguno, los jueces deberían esperar a que cruzara la línea de meta, adjudicarle un tiempo oficial y clasificarlo en el puesto correspondiente. De hecho, son muchos ya los maratones populares en todo el mundo en los que participa gente que cubre el recorrido no tanto corriendo sino andando rápido.
¿Y si en lugar de un maratón fuera una prueba en pista de 10.000 metros? Exactamente lo mismo. ¿Y un 1.500? Lo mismo. ¿Y un 400 o incluso un 100? Lo mismo. Sería lo mismo aunque se tratara de una prueba con obstáculos. En ninguna parte del reglamento dice nada acerca de que no se pueda andar en lugar de correr.
Pero... ¿y si se tratara de una prueba de marcha? ¿Que pasaría si alguien saliera en una prueba de marcha sencillamente caminando?
Pues en ese caso, y en virtud del reglamento en vigor desde en 1995, sería descalificado por flexión. En otras palabras: sería expulsado de la prueba por tramposo. Es decir, que resulta que la única carrera del programa atlético en la que te descalifican si caminas es la marcha. Suena todavía más absurdo si esta afirmación la hace un mejicano: "La única carrera del programa atlético en la que te descalifican si caminas es la caminata".