sábado, 26 de mayo de 2007

Ya nada es lo que era

En 1926, Emile Anthoine creó la que debía ser, y de hecho es, "la plus grande epreuve de marche du monde", una prueba de marcha de 500 kilómetros en una única etapa entre las ciudades de París y Estrasburgo. La prueba, que durante muchos años fue organizada por una Federación Francesa de Marcha independiente de la de atletismo, ha llegado hasta hoy después de pasar por no pocas peripecias. Durante un tiempo dejó de celebrarse, fue recuperada más tarde para disputarse en sentido inverso, volvió a dejar de celebrarse, fue recuperada de nuevo con salida en París (o más bien en sus alrededores) pero con meta en Colmar... La distancia se había venido manteniendo en torno al medio millar de kilómetros -veinte kilómetros arriba, veinte kilómetros abajo- pero en las últimas décadas y con el fin de humaizar un poco la prueba se introdujeron unos descansos obligatorios a mitad de recorrido para poder controlar médicamente el estado de salud de los participantes. En 1999 y 2000 yo fui uno de los 30 seleccionados para tomar parte en la París-Colmar. Eran 520 kilómetros (535 en 2000) con dos descansos, uno de tres horas a mitad de recorrido y otro de una hora a falta de unos 100 kilómetros para el final. En la primera prueba reventé en el kilómetro 358 y en la segunda en el 370 (no aparecí como retirado en los resultados porque a todo el mundo, llegue o no, lo clasifican según los kilómetros cubiertos, y de esta manera en ambas ocupé el decimocuarto puesto ). Ya no volví, a pesar de que siguieron seleccionandome un par de años más, porque la intendencia que se requiere para participar en esta prueba -un par de vehículos de apoyo con una "tripulación" de al menos seis u ocho personas- se aleja un tanto de la concepción que tengo sobre lo que deben ser este tipo de desafíos. "El día en que se pueda salir simplemente con una mochila a la espalda me tendréis de nuevo aquí , y saldré a por todas", avisé, sin embargo.
Dentro de un par de semanas, ka París-Colmar celebra una nueva edición. Después de que en 2004 la prueba debiera suspenderse solo unas semanas antes de su celebración, se han introducido nuevos cambios. Las dificultades que conllevaba controlar -sobre todo en el aspecto de la seguridad- una prueba de más de 500 km que discurría por carreteras abiertas al tráfico llevó a la organización a realizar lo que para muchos ha sido una "mutilación" no solo en su recorrido sino también en su espíritu. La salida sigue estando en París y la meta en Colmar, pero ya no se marcha toda la distancia. Los kilómetros son ahora 448, a recorrer en dos sectores, el primero de ellos de 394 km entre París y Mirecourt (con una parada obligatoria de dos horas en el 254), y el segundo de tan solo 54 km entre Corcieux y Colmar. Sigue siendo una prueba extraordinaria, pero...