Es habitual en las pruebas de veinticuatro horas que la familia al completo acuda a los circuitos para apoyar al marchador, relevándose en la tarea de avituallarle y acompañarle, tanto de día como de noche. Sin duda, veinticuatro horas en un circuito dan para mucho. Para empezar, dan para escenas como ésta, en la que, mientras el padre está dando una nueva vuelta, el abuelo aprovecha para introducir a la nieta en el mundo de la marcha. Ella es Lou, hija de Cedric, y tiene 21 meses.
Foto cortesía
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1 comments:
Sí, 24 horas da para mucho. Gracias por dejarme de nuevo compartir la experiencia.
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