La pueba de 50km marcha de los Europeos de Praga. de 1978 estaba programada para el 2 de septiembre En el periódico de ese día -no sé si era el As- venían los nombres de los tres españoles participantes. Agustín Jorba, José Marín y Jordi Llopart. Su sola presencia era una novedad. Nadie hablaba de medallas. Y la foto que acompañaba al texto era la de Jorba.
Televisión Española conectó con Praga al iniciarse las pruebas de pista de la sesión de tarde, así que los que tuvimos la suerte de pasar esa tarde ante el televisor (blanco y negro) no vimos la salida de los 50. Tampoco vimos nada apenas de su desarrollo. Cuando se llevaba ya más de la mitad de la carrera el comentarista (no consigo recordar quién coño era) interrumpió su narración de las carreras y concursos que acontecían en el estadio para dar cuenta de las noticias que le llegaban desde el circuito: Llopart iba en el grupo cabecero. Ni tiempos de paso ni leches. Llopart iba con los de delante y punto. Al cabo de un rato vimos por fin las primeras imágenes desde el circuito. Unos segundos tan solo. Llopart iba primero y no se veía a nadie detrás de él.
España no había ganado nunca una medalla en un campeonato de esa categoría y la posibilidad de conseguirla en la marcha hizo que a partir de ese momento dejara ya de interesar lo que pudiese suceder en el interior del estadio. Pero lo que sucedía fuera no lo veíamos. (Y pensar que ahora nos quejamos cuando cortan la retransmisión para poner anuncios o las series de 100 del puto decatlón.)
Tres horas y media, tres horas y cuarenta y cinco minutos... Y nosotros condenados a tragarnos las carreras, saltos y lanzamientos de turno. El comentarista estaba de los nervios y con él todos los demás.
Y de pronto volvimos a verle. Acercándose al estadio. Llopart. El primero. Y sonriendo.
Entró en la pista saludando y no dejó de hacerlo hasta que cruzó la meta. Levantó los brazos, caminó unos pasos y luego se puso de nuevo a marchar para dar la vuelta de honor. (Ahora esa costumbre de dar la vuelta de honor también marchando se ha perdido, lamentablemente.)
Aquella noche, la victoria de Llopart fue noticia de apertura del telediario. Por delante de la política nacional, la internacional o los sucesos (que entonces no había tantos). Ese día no sucedió nada más importante en España.
Televisión Española conectó con Praga al iniciarse las pruebas de pista de la sesión de tarde, así que los que tuvimos la suerte de pasar esa tarde ante el televisor (blanco y negro) no vimos la salida de los 50. Tampoco vimos nada apenas de su desarrollo. Cuando se llevaba ya más de la mitad de la carrera el comentarista (no consigo recordar quién coño era) interrumpió su narración de las carreras y concursos que acontecían en el estadio para dar cuenta de las noticias que le llegaban desde el circuito: Llopart iba en el grupo cabecero. Ni tiempos de paso ni leches. Llopart iba con los de delante y punto. Al cabo de un rato vimos por fin las primeras imágenes desde el circuito. Unos segundos tan solo. Llopart iba primero y no se veía a nadie detrás de él.
España no había ganado nunca una medalla en un campeonato de esa categoría y la posibilidad de conseguirla en la marcha hizo que a partir de ese momento dejara ya de interesar lo que pudiese suceder en el interior del estadio. Pero lo que sucedía fuera no lo veíamos. (Y pensar que ahora nos quejamos cuando cortan la retransmisión para poner anuncios o las series de 100 del puto decatlón.)
Tres horas y media, tres horas y cuarenta y cinco minutos... Y nosotros condenados a tragarnos las carreras, saltos y lanzamientos de turno. El comentarista estaba de los nervios y con él todos los demás.
Y de pronto volvimos a verle. Acercándose al estadio. Llopart. El primero. Y sonriendo.
Entró en la pista saludando y no dejó de hacerlo hasta que cruzó la meta. Levantó los brazos, caminó unos pasos y luego se puso de nuevo a marchar para dar la vuelta de honor. (Ahora esa costumbre de dar la vuelta de honor también marchando se ha perdido, lamentablemente.)
Aquella noche, la victoria de Llopart fue noticia de apertura del telediario. Por delante de la política nacional, la internacional o los sucesos (que entonces no había tantos). Ese día no sucedió nada más importante en España.
1 comments:
Yo lo ví.
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