Estoy seguro de que a los leperos no les hace ninguna gracia la cantidad enorme de chistes que sobre ellos (lo que se supone que son ellos, quiero decir) circulan por ahí. Pero a la vez no lo estoy menos de que muchos leperos se ríen al escuchar algunos de ellos. Reconozcámoslo: todos nos hemos reído también alguna vez de algún chiste racista, machista o xenófobo. No somos perfectos. Y cuando una cosa es ingeniosa y tiene gracia, pues tiene gracia, aunque pueda resultar un tanto ofensiva contemplada desde otro punto de vista. Yo no estoy entre los que, como marchadores, se han sentido ofendidos por este texto publicado hace unos días en el diario As. Entiendo lo que pretendía el autor. Quería ser ingenioso y gracioso a la vez. Si lo hubiera conseguido, yo mismo habría, si no echado una carcajada, sí al menos sonreído. Pero no lo consiguió y, tristemente, le ha salido una cagada. Mala suerte. Seguro que la próxima vez le sale mejor.
domingo, 27 de abril de 2014
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