jueves, 12 de noviembre de 2015

Lebaniego V

La señora y yo pasamos junto a la ermita de San Roque.
-Puede entrar y verla y luego firmar en el libro. Le espero fuera.
Nada más cruzar la puerta de la ermita hay una mesa con un libro de hojas en blanco y un sello. Aprovecho para sellarme yo mismo la credencial y me siento para escribir algo en el libro.
-Si va a descansar, yo sigo.
-Ya voy, ya voy.
Escribo lo primero que se me ocurre, pongo la fecha y mi nombre, Bernardo de Baskerville, y salgo.
Al poco llegamos a Concha. El camino se desvía por la Calle Mayor.
-Por aquí puede ir si no quiere caminar por la carretera.
-Ah, pues mejor.
-Pues yo sigo por la carretera. A ver quién llega antes.