Hasta el año pasado, el camino entre Hortigal y Cades era el que habían venido siguiendo los peregrinos toda la vida, esto es, mayormente la carretera. El año pasado, a los que mandan se les ocurrió que a los peregrinos bien podía interesarles caminar a lo largo de la senda fluvial del río Nansa, y modificaron toda la señalización oficial para que así fuera. El nuevo camino mide cosa de diez kilómetros más. No diré que la senda fluvial no valga la pena, pero hay que dar gracias por que los que mandan no conozcan Doñana.
viernes, 13 de noviembre de 2015
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