Este verano, en mi preparación para los 200km de Dijon introduje como novedad una serie de salidas casi semanales de un mínimo de 40 kilómetros a tan solo un 75% del esfuerzo (esto es, en torno a 7:30 el km, un minuto más de lo que ya hubiera sido considerado un ritmo lento). El plan era no castigarse demasiado, teniendo en cuenta que estábamos en agosto y septiembre y que esto es Mallorca.
Visto el resultado de Dijon, el balance final no puede ser más desastroso. Sin embargo, como durante esas sesiones largas pero suaves que combinaban zonas urbanas y de carretera me lo pasé bien, he dedicido recuperarlas al menos para esta primera fase de la temporada.
Así que esta mañana ha sonado el despertador a las seis y media, he desayunado convenientemente, me he colgado a la espalda una bolsa con el avituallamiento -un botellín de agua y un par de bocadillos- y he salido a la calle para hacerme 43 km de marcha.
He vuelto 5 horas y 31 minutos después con una ampolla en la planta del pie.
Visto el resultado de Dijon, el balance final no puede ser más desastroso. Sin embargo, como durante esas sesiones largas pero suaves que combinaban zonas urbanas y de carretera me lo pasé bien, he dedicido recuperarlas al menos para esta primera fase de la temporada.
Así que esta mañana ha sonado el despertador a las seis y media, he desayunado convenientemente, me he colgado a la espalda una bolsa con el avituallamiento -un botellín de agua y un par de bocadillos- y he salido a la calle para hacerme 43 km de marcha.
He vuelto 5 horas y 31 minutos después con una ampolla en la planta del pie.
1 comments:
Para mi estás en otra dimensión Bernardo. Desde luego.
Por cierto por tu influencia, llevo 28 días consecutivos corriendo y ya da rabia parar.
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