Se acabó. Durante seis días este blog ha seguido el desarrollo de los 6 días de Antibes y la actuación de Edu Clemente (del que ya se recordó en su momento su ambivalente condición de ultracorredor y ultramarchador). Durante 144 horas Edu y sus cincuenta y tantos compañeros han estado dando vueltas a un circuito de poco más de un kilómetro, algunas corriendo, caminando otras, y parando de vez en cuando para dormir unas horitas y recuperar fuerzas con las que ponerse de nuevo en marcha. La organización ha ido actualizando la clasificación cada seis horas y ha sido divertido sentarse cada mañana ante el ordenador con el café con leche en la mano y entrar en la web para ver cómo durante la noche aquellos cabrones seguían sumando kilómetros. Y lo mismo cuando, después de entrenar, entrabas de nuevo a buscar la última clasificación de la jornada (bueno, había una a medianoche, pero para entonces normalmente yo ya estaba en la cama) y te los encontrabas todavía ahí.
En fin, que a fuerza de darle al copiar y pegar y calcular las distancias que había entre unos y otros, al cabo de dos días y medio ya hasta creías conocer a Cornelia, al tal Moczik -que se lesionó y tuvo que renunciar a luchar por la victoria, se siente- y al Micaletti remontador de los cojones. Finalmente Edu ha terminado cuarto tras recorrer 717 vueltas al circuito, esto es 735 kilómetros y 256 metros. Y ha ganado Cornelia. Un aplauso. A todos.
En fin, que a fuerza de darle al copiar y pegar y calcular las distancias que había entre unos y otros, al cabo de dos días y medio ya hasta creías conocer a Cornelia, al tal Moczik -que se lesionó y tuvo que renunciar a luchar por la victoria, se siente- y al Micaletti remontador de los cojones. Finalmente Edu ha terminado cuarto tras recorrer 717 vueltas al circuito, esto es 735 kilómetros y 256 metros. Y ha ganado Cornelia. Un aplauso. A todos.
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