domingo, 22 de noviembre de 2015

9,9



Cursa Popular Leroy Merlin. 10,5 km que en realidad ni siquiera llegan a 10 porque, por lo visto, medir una prueba atlética con un margen de error inferior a medio kilómetro debe de ser muy difícil. Al final, 56:35, que si son los 9,9 km que resultan de cotejar a la baja varios gps, me sale a 5:43 el km, que es lo más rápido que he ido este año cuando la distancia ha superado los 5 km.
Foto: Elitechip.

domingo, 15 de noviembre de 2015

Lebaniego X

A las tres de la tarde, en Potes hace calor como para ir en camiseta; en Santo Toribio de Liébana, un frío que pela. En la oficina de atención al peregrino pone que no abren hasta las cuatro. Ya me he tomado un chocolate caliente de máquina mientras espero y estoy pensando en tomarme otro.
A las cuatro menos diez pasa un cura que viene de abrir la capilla donde se guarda la reliquia de la cruz. Me ve esperando.
-La oficina no abre hoy, lo siento, pero yo mismo le puedo sellar la credencial.
Es mi séptimo y último sello.
-¿Algo más? Ah, sí, la lebaniega. Pero le tengo que cobrar un euro.
Me la entrega después de ir a buscarla.
-Puede poner usted mismo su nombre. Es que yo tengo una letra...

sábado, 14 de noviembre de 2015

Lebaniego IX

Por Lebeña paso una hora más tarde de lo que tenía calculado. A la entrada del pueblo un señor mayor se me queda mirando y cuando paso junto a él se pone a caminar a mi lado.
-Hoy hace buen día, ¿eh?
-Vaya que sí.
-¿Y qué tal el collado de Arceón?
-Me he perdido dos veces, no le digo más.
-¿Y el albergue de Cicera? ¿Bien?
-Como en casa, oiga. Solo le faltaba televisión.
-¿Y el precio?
-Muy bueno. Cinco euros.
-Sí que es buen precio, sí.

viernes, 13 de noviembre de 2015

Lebaniego VIII

Soy el único peregrino en Cicera. En el bar pido un bocadillo de lomo y queso y mientras espero que me lo sirvan me siento bien cerquita de la estufa a leer  "El Diario Montañes". En la página de los crucigramas hay una tira de "El fantasma". Debe de hacer lo menos mil años que no veía una.
"Una vez me perdí dos domingos de Supermán y desde entonces no he vuelto a ser el mismo", le contesta Charles Coburn a Jean Arthur en aquella  escena de "The More the Merrier" en que ella le recrimina que lea las tiras de cómic del periódico en lugar del editorial o las columnas de opinión.
A mí me lo va a decir, que mañana termino el Lebaniego y ahora me marcharé de Cantabria sin saber cómo continúan las historias de "El Fantasma".

Lebaniego VII

Hasta el año pasado, el camino entre Hortigal y Cades era el que habían venido siguiendo los peregrinos toda la vida, esto es, mayormente la carretera. El año pasado, a los que mandan se les ocurrió que a los peregrinos bien podía interesarles caminar a lo largo de la senda fluvial del río Nansa, y modificaron toda la señalización oficial para que así fuera. El nuevo camino mide cosa de diez kilómetros más. No diré que la senda fluvial no valga la pena, pero hay que dar gracias por que los que mandan no conozcan Doñana.

jueves, 12 de noviembre de 2015

Lebaniego VI

Dejo atrás San Vicente de la Barquera y en cosa de hora y media llego a Serdio. El albergue está al final del pueblo. Abro la puerta y me encuentro a unas señoras sentadas a una mesa jugando a algo que parece bingo.
-El albergue está cerrado.
-¿Y a qué hora lo abren?
- No lo abren.
-Pues a ver qué hago ahora.
-Yo soy voluntaria -me dice una de las señoras- y acojo a los peregrinos en mi casa. Si quiere puede venir.
-Me hace usted un favor.
Salgo con la señora, que me conduce a su coche.
-¿No podemos ir a pie?
-No. Mi casa está a un kilómetro. Vamos en coche.
-Pero eso es hacer trampas.
-Pero si va a pie tendré que esperarle y cuando vuelva aquí será tarde. Venga, súbase.
-Mierda.

Lebaniego V

La señora y yo pasamos junto a la ermita de San Roque.
-Puede entrar y verla y luego firmar en el libro. Le espero fuera.
Nada más cruzar la puerta de la ermita hay una mesa con un libro de hojas en blanco y un sello. Aprovecho para sellarme yo mismo la credencial y me siento para escribir algo en el libro.
-Si va a descansar, yo sigo.
-Ya voy, ya voy.
Escribo lo primero que se me ocurre, pongo la fecha y mi nombre, Bernardo de Baskerville, y salgo.
Al poco llegamos a Concha. El camino se desvía por la Calle Mayor.
-Por aquí puede ir si no quiere caminar por la carretera.
-Ah, pues mejor.
-Pues yo sigo por la carretera. A ver quién llega antes.

Lebaniego IV

En La Iglesia, el camino se desvía a la derecha. En la esquina, una señora se detiene y me mira.
-¿Es usted peregrino?
-Sí, claro.
-Pues venga por aquí.
-Ya, pero es que quería pararme a tomar algo en algún bar.
-No hay. Está todo cerrado. No podrá tomar nada hasta Comillas. Venga.
Comillas está a cuatro o cinco kilómetros. La señora también va para allá. Me cuenta que muchas veces ha tenido que correr detrás de peregrinos que habían cogido el camino equivocado. Me cuenta también que estuvo trabajando en Bélgica 47 años y que al jubilarse decidió volverse a casa.
-Un día estuve caminando un rato con una peregrina que hablaba francés. Como por su acento no me parecía francesa le pregunté que de dónde era y resultó que había sido vecina mía en Bélgica y yo no lo sabía. ¡Era la mujer del veterinario al que mi hija llevaba el canario cuando dejaba de cantar!
-¡Tócate los cojones!
(Continuará)

miércoles, 11 de noviembre de 2015

Lebaniego III

El albergue de peregrinos de Santillana del Mar está cerrado por mantenimiento. En su lugar, la Casona Solar de Hidalgos acoge a peregrinos. Es un edificio del siglo XVI reconvertido en hotel. Junto a la recepción, entre armaduras y otros cachivaches antiguos, hay un rincón que hace de biblioteca. Hay libros de todo tipo. El encargado de la recepción me sella la credencial.
-Bernardo... ¡Como Bernardo de Baskerville! ¿No conoce "El nombre de la rosa"?
Le digo que sí, claro, aunque me callo que no era Bernardo, sino Guillermo.

Lebaniego II

Entre Boo de Piélagos y Mogro se interpone el río Pas. Es ahí donde se las tienen por primera vez   el peregrino malo y el peregrino bueno (y eso que ambos son el mismo).
-Si cruzas el río por el puente del tren te ahorras un buen rodeo.
-Sí, pero está prohibido. Es peligroso.
-Ya, pero es más corto.
-Pero es hacer trampas. Es como recortar en las carreras.
-Bueno, pero llegarás antes a Santillana.
-Pero es que me gusta caminar.
-Pues son más de seis kilómetros.

martes, 10 de noviembre de 2015

Lebaniego I

Después de recoger la credencial de peregrino en la iglesia del Cristo, bajo la catedral de Santander, voy a dejar mis cosas en el albergue.
El albergue Santos Mártires está en un primer piso unas calles más allá. Hay una señora con una fregona en el pasillo. Le doy los buenos días y no me contesta. La puerta del albergue está cerrada. En un cartel hay dos números de teléfono.
-Tiene que llamar y en seguida vendrán a abrirle -me dice la señora de la fregona.
-Ah, vale.
-¿Va a llamar ahora? Es que tengo que fregar.
Miró el reloj. Todavía es mediodía.
-¿Va a llamar o no?