lunes, 30 de junio de 2008
Que a qué se debe, preguntan
Esta vez sí. Yohan Diniz batió el pasado viernes 27 en el mitin de Villeneuve d'Ascq el récord de Francia de los 5.000 metros con 18:18:01. La foto es de ese día. En el foro de Marchons.com se preguntan por la razón de las prodigiosas marcas registradas en esta competición (cuatro atletas bajaron de 20:00 y el quinto hizo exactamente 20:00): ¿la hora a la que se disputó la misma?, ¿la calidad de la pista?, ¿el buen momento de forma de los atletas, que vienen de participar en el campeonato de Francia? ¿O sería la conjunción de todas ellas? Me muerdo la lengua.
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domingo, 29 de junio de 2008
Waypoint
Las fracasos hay que asumirlos de frente. Y esta vez hemos fracasado. Diré más: hemos hecho el ridículo. Pero cómo nos hemos reído... Hacía años, oye.
Y la cosa no empezó mal. Diecinueve tíos en San Telmo, animados, motivados y seguros de sí mismos, dispuestos a llegar a Pollensa en menos de 24 horas. En menos de 23 si todo va bien. Tres puntos para los que quieran participar en el Trail del Mont Blanc, nada menos. Empezamos a caminar a las siete y media de la tarde. Hacemos el recorrido de La Trapa hasta el Coll de Sa Gramola en dos horas, por lo que estamos en los tiempos. Un corto trecho de carretera y empezamos a subir hacia la mola de S'Esclop. La primera parte de la subida es ya durísima, pero la despachamos sin mayores problemas. Sabemos que a partir de ahí el camino se hace difícil de seguir, sobre todo cuando es de noche, como ahora. Porque, además, ese tramo no lo conoce bien nadie. Alguien se acuerda entonces de que en algún momento de los preparativos se comentó la posibilidad de hacerlo de día y se descartó.
-Tranquilos, llevamos el GPS y tenemos los waypoints del recorrido.
Y allá nos vamos. Banzai. La primera decision, equivocada. No era por ahí. Pero seguimos igual, porque llevamos GPS y tenemos los waypoints.
-Por allí se ve un camino.
Atravesamos una zona de rocas que si llega a ser de día y la vemos con claridad seguro que no nos atrevemos a atravesarla, y de una manera u otra, con dudas, reniegos, muchos cagondenas, alguna bajada con el culo y mucho mirar al GPS para confirmar que vamos en la dirección correcta conseguimos llegar al paso de S'Estepereta.
Al poco nos volvemos a perder. Más GPS y waypoints, consultas al mapa y las fichas del recorrido, unos que van por aquí, otros que para allá, vuelta a atrás y finalmente saltamos una pared todos en grupo para seguir a campo traviesa.
-Por allí se ve un camino.
El camino desciende en dirección a Estellencs, segundo hito de la travesía, pero nadie recuerda haberlo recorrido en su puta vida, conque a saber dónde vamos a ir a parar. Al final acabamos dando con el verdadero camino que, después de un par de kilómetros de carretera, deja un poco antes de Estellencs. La gente se pone a correr primero por el camino y luego por el asfalto para recuperar tiempo. Ya es lo que me faltaba. Yo no corro ni un metro, aviso. Debíamos llegar a Estellencs en cosa de cuatro horas y media y cuando lo hacemos llevamos ya casi una hora de retraso. Ahora resulta que también nos vamos a perder el partido de mañana.
Desde Estellencs, después de reabastecernos de agua, salimos cagando leches por la carretera para tomar luego el camino que lleva a Esporles por S'Arboçar. El camino no tiene excesiva complicación pero lo que pasa es que ni siquiera lo tomamos. Nos equivocamos y tomamos otro y acabamos perdidos nuevamente en mitad de no sabemos dónde.
-Por allí se ve un camino.
El camino baja hasta que deja de ser camino, pero seguimos en la misma dirección hasta que al final no podemos seguir de ninguna de las maneras. Vuelta atrás, GPS y waypoints por un tubo.
-Por allí se ven luces.
Hay luces, pero del camino, ni rastro.
-Que alguien saque el mapa.
-O el GPS.
-Mejor el mapa, oye.
Así que damos vuelta atrás hasta que por fin hallamos un camino que resulta ser el de Planicia. Lo hacemos en sentido descendente hasta que nos encontramos con el que debíamos haber tomado. Es por aquí. A estas alturas llevamos ya como tres horas de retraso.
-Venga, vamos.
-Un momentoooo...
Cónclave general Son las cuatro de la mañana, llevamos ocho horas nada más y la Travesía ha fracasado. No es que no nos lo estemos pasando bien, que conste, pero es que así no bajamos de 24 horas de ninguna manera. El grupo se divide entre los que quieren bajar a la carretera y dar por finalizado el intento en Estellencs y los que al menos quieren seguir un poco más, a ser posible rapidillos, y tomar una nueva decisión más adelante. Yo, por razones que a nadie se le escapan, me niego a correr un puto metro, así que me quedo con los que dicen que ya han tenido suficiente. Conque aquí nos despedimos. Nosotros optamos por seguir por la carretera hasta Banyalbufar para que no se diga que no hemos avanzado y llegamos allí las cinco de la mañana. Echamos unas cabezaditas en la plaza y a las siete y media nos abren expresamente el bar del hotel del pueblo.
Nota: Respetando la intimidad del resto de componentes del equipo no he citado sus nombres y he evitado cualquier referencia personal que pudiera delatarlos. Oficialmente, el fin de semana lo pasaron en casa dedicados a sus cosas. Es más, para que nadie pudiese identificar a ninguno he puesto esta foto de la isla Dragonera que tomé a poco de salir.
Y la cosa no empezó mal. Diecinueve tíos en San Telmo, animados, motivados y seguros de sí mismos, dispuestos a llegar a Pollensa en menos de 24 horas. En menos de 23 si todo va bien. Tres puntos para los que quieran participar en el Trail del Mont Blanc, nada menos. Empezamos a caminar a las siete y media de la tarde. Hacemos el recorrido de La Trapa hasta el Coll de Sa Gramola en dos horas, por lo que estamos en los tiempos. Un corto trecho de carretera y empezamos a subir hacia la mola de S'Esclop. La primera parte de la subida es ya durísima, pero la despachamos sin mayores problemas. Sabemos que a partir de ahí el camino se hace difícil de seguir, sobre todo cuando es de noche, como ahora. Porque, además, ese tramo no lo conoce bien nadie. Alguien se acuerda entonces de que en algún momento de los preparativos se comentó la posibilidad de hacerlo de día y se descartó.
-Tranquilos, llevamos el GPS y tenemos los waypoints del recorrido.
Y allá nos vamos. Banzai. La primera decision, equivocada. No era por ahí. Pero seguimos igual, porque llevamos GPS y tenemos los waypoints.
-Por allí se ve un camino.
Atravesamos una zona de rocas que si llega a ser de día y la vemos con claridad seguro que no nos atrevemos a atravesarla, y de una manera u otra, con dudas, reniegos, muchos cagondenas, alguna bajada con el culo y mucho mirar al GPS para confirmar que vamos en la dirección correcta conseguimos llegar al paso de S'Estepereta.
Al poco nos volvemos a perder. Más GPS y waypoints, consultas al mapa y las fichas del recorrido, unos que van por aquí, otros que para allá, vuelta a atrás y finalmente saltamos una pared todos en grupo para seguir a campo traviesa.
-Por allí se ve un camino.
El camino desciende en dirección a Estellencs, segundo hito de la travesía, pero nadie recuerda haberlo recorrido en su puta vida, conque a saber dónde vamos a ir a parar. Al final acabamos dando con el verdadero camino que, después de un par de kilómetros de carretera, deja un poco antes de Estellencs. La gente se pone a correr primero por el camino y luego por el asfalto para recuperar tiempo. Ya es lo que me faltaba. Yo no corro ni un metro, aviso. Debíamos llegar a Estellencs en cosa de cuatro horas y media y cuando lo hacemos llevamos ya casi una hora de retraso. Ahora resulta que también nos vamos a perder el partido de mañana.
Desde Estellencs, después de reabastecernos de agua, salimos cagando leches por la carretera para tomar luego el camino que lleva a Esporles por S'Arboçar. El camino no tiene excesiva complicación pero lo que pasa es que ni siquiera lo tomamos. Nos equivocamos y tomamos otro y acabamos perdidos nuevamente en mitad de no sabemos dónde.
-Por allí se ve un camino.
El camino baja hasta que deja de ser camino, pero seguimos en la misma dirección hasta que al final no podemos seguir de ninguna de las maneras. Vuelta atrás, GPS y waypoints por un tubo.
-Por allí se ven luces.
Hay luces, pero del camino, ni rastro.
-Que alguien saque el mapa.
-O el GPS.
-Mejor el mapa, oye.
Así que damos vuelta atrás hasta que por fin hallamos un camino que resulta ser el de Planicia. Lo hacemos en sentido descendente hasta que nos encontramos con el que debíamos haber tomado. Es por aquí. A estas alturas llevamos ya como tres horas de retraso.
-Venga, vamos.
-Un momentoooo...
Cónclave general Son las cuatro de la mañana, llevamos ocho horas nada más y la Travesía ha fracasado. No es que no nos lo estemos pasando bien, que conste, pero es que así no bajamos de 24 horas de ninguna manera. El grupo se divide entre los que quieren bajar a la carretera y dar por finalizado el intento en Estellencs y los que al menos quieren seguir un poco más, a ser posible rapidillos, y tomar una nueva decisión más adelante. Yo, por razones que a nadie se le escapan, me niego a correr un puto metro, así que me quedo con los que dicen que ya han tenido suficiente. Conque aquí nos despedimos. Nosotros optamos por seguir por la carretera hasta Banyalbufar para que no se diga que no hemos avanzado y llegamos allí las cinco de la mañana. Echamos unas cabezaditas en la plaza y a las siete y media nos abren expresamente el bar del hotel del pueblo.
Nota: Respetando la intimidad del resto de componentes del equipo no he citado sus nombres y he evitado cualquier referencia personal que pudiera delatarlos. Oficialmente, el fin de semana lo pasaron en casa dedicados a sus cosas. Es más, para que nadie pudiese identificar a ninguno he puesto esta foto de la isla Dragonera que tomé a poco de salir.
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viernes, 27 de junio de 2008
En menos de un día
Uno de los grandes retos naturales que nos imponemos los mallorquines es el de recorrer a pie la Sierra de Tramontana de un extremo a otro -de San Telmo a Pollensa o viceversa- en menos de 24 horas. Son un centenar de kilómetros con cuatro mil y pico de metros de desnivel positivo y otros tantos de negativo. Mañana otra vez. Desde San Telmo. Y con un calor de cojones.
lunes, 23 de junio de 2008
Notas sobre el marchador Abraham Stoker (1847-1912)
Es difícil encontrar información sobre marchadores del siglo XIX. La marcha estaba entonces en sus inicios como disciplina atlética verdaderamente regulada y al no existir todavía competiciones internacionales su trascedencia era más bien escasa. Uno de los marchadores de aquellos años que, sin embargo, ha pasado a la historia es Abraham Stoker. La pista me llega a través de Racewalkingrecord.com.
Nacido en Dublín en 1847, Abraham Stoker pasó los primeros siete años de su vida en la cama, aquejado de múltiples enfermedades de las que su madre intentaba sanarle mediante la repetida aplicación de sangrías. Ya restablecido, en su época de universitario se convirtió en un destacado deportista, inclinándose finalmente por la marcha, especialidad que siguió practicando una vez que trasladó su residencia a Inglaterra para ejercer como funcionario. Se cuenta que ganó todas las pruebas que disputó a lo largo de su carrera con una sola excepción: el Campeonato del Servicio Civil de 1868, disputado en Londres sobre la distancia de 5 millas (8.046 metros), en el que fue descalificado por infringir la regla del contacto permanente con el suelo. Con todo, incluso en esa carrera la descalificación le llegó después de haber cruzado la línea de meta en primer lugar con un tiempo de 40 minutos y 5 segundos. Ante esto, el propio comité organizador de la competición decidió recompersar su inútil esfuerzo otorgándole un premio especial.
Stoker dejó finalmente la marcha para dedicarse a otra de sus grandes aficiones: la literatura. En 1895 escribió su obra más famosa: Drácula.
sábado, 21 de junio de 2008
Una prueba fuera del tiempo
Sigo a través de Marchons.com el desarrollo de la París-Colmar. Los marchadores acaban de llegar a la meta tras 444 kilómetros.
El responsable máximo de la prueba, Hervé Delarras -que también es el director técnico de la Comisión de Marcha de la Federación Francesa de Atletismo- se refería hace poco en los medios a la París-Colmar como una competición ubicada fuera del tiempo. Nacida en 1926 como una prueba non-stop de más de 500 km entre la capital francesa y la alsaciana Estrasburgo, la competición lucha hoy por sobrevivir, adaptada a las nuevas circunstancia, pero fiel a su esencia.
Yo tuve ocasión de participar dos veces en ella bajo las mismas legendarias premisas en que lo hicieron los pioneros como Linder, Godart, Zamy o Roger (o al menos unas muy parecidas): 530km en una sola etapa (eso sí, con tres horas de descanso obligatorio a mitad de recorrido y una hora más a falta de 100 km para el final.) No llegué a Colmar en ninguna de ellas. Me tuve que conformar con hacer 357,5 km en 50 horas en 1999 y 370 en 54:30 en 2000.
Después de que la prueba se suspendiera en 2004, lo que hizo temer por su desaparición, en los últimos años se han introducido una nueva serie de cambios en aras a salvaguardar su futuro. El principal de ellos -motivado sobre todo por razones de seguridad- ha sido la reducción del recorrido. Con la neutralización del tramo entre Mirecourt y Corcieux, de unos 80km, la París-Colmar ha quedado en la actualidad como una prueba de 451km distribuidos de la siguiente manera: 397 km non-stop entre París y Mirecourt (con dos horas de reglamentario descanso en torno al km 250), más un epílogo de 54 entre Corcieux y Colmar. La salida de París se da el miercoles a última hora de la tarde. La llegada a Mirecourt se produce a partir de primeras horas de la noche del viernes. El sábado por la mañana se da la salida al tramo final. Al primero en llegar a Mirecourt le suele quedar toda la noche para descansar. Al último, escasas dos horas. De una manera u otra, el mito sigue vivo.
El vencedor de la edición de 2008 -que además ha tenido que ser neutralizada por orden policial durante siete kilómetros al paso por la localidad de Vitry dado el riesgo que suponía para los marchadores una manifestación reivindicativa que tenía lugar en esos mismos momentos- ha sido el ruso Sergei Dvoretski tras algo más de 52 horas acumuladas de marcha. Quince marchadores de entre los seleccionados previamente por la organización aceptaron el desafío y tomaron la salida. Han llegado diez. Aquí sus nombres: Sergei Dvoretski, Dimitri Osipov, Alexei Rodionov, Alain Costils, Urbain Girod, Bernard Fréchengues, Dominique Naumowicz, Jacky Albrecht, Cedric Varain y Dominique Bert.
El responsable máximo de la prueba, Hervé Delarras -que también es el director técnico de la Comisión de Marcha de la Federación Francesa de Atletismo- se refería hace poco en los medios a la París-Colmar como una competición ubicada fuera del tiempo. Nacida en 1926 como una prueba non-stop de más de 500 km entre la capital francesa y la alsaciana Estrasburgo, la competición lucha hoy por sobrevivir, adaptada a las nuevas circunstancia, pero fiel a su esencia.
Yo tuve ocasión de participar dos veces en ella bajo las mismas legendarias premisas en que lo hicieron los pioneros como Linder, Godart, Zamy o Roger (o al menos unas muy parecidas): 530km en una sola etapa (eso sí, con tres horas de descanso obligatorio a mitad de recorrido y una hora más a falta de 100 km para el final.) No llegué a Colmar en ninguna de ellas. Me tuve que conformar con hacer 357,5 km en 50 horas en 1999 y 370 en 54:30 en 2000.
Después de que la prueba se suspendiera en 2004, lo que hizo temer por su desaparición, en los últimos años se han introducido una nueva serie de cambios en aras a salvaguardar su futuro. El principal de ellos -motivado sobre todo por razones de seguridad- ha sido la reducción del recorrido. Con la neutralización del tramo entre Mirecourt y Corcieux, de unos 80km, la París-Colmar ha quedado en la actualidad como una prueba de 451km distribuidos de la siguiente manera: 397 km non-stop entre París y Mirecourt (con dos horas de reglamentario descanso en torno al km 250), más un epílogo de 54 entre Corcieux y Colmar. La salida de París se da el miercoles a última hora de la tarde. La llegada a Mirecourt se produce a partir de primeras horas de la noche del viernes. El sábado por la mañana se da la salida al tramo final. Al primero en llegar a Mirecourt le suele quedar toda la noche para descansar. Al último, escasas dos horas. De una manera u otra, el mito sigue vivo.
El vencedor de la edición de 2008 -que además ha tenido que ser neutralizada por orden policial durante siete kilómetros al paso por la localidad de Vitry dado el riesgo que suponía para los marchadores una manifestación reivindicativa que tenía lugar en esos mismos momentos- ha sido el ruso Sergei Dvoretski tras algo más de 52 horas acumuladas de marcha. Quince marchadores de entre los seleccionados previamente por la organización aceptaron el desafío y tomaron la salida. Han llegado diez. Aquí sus nombres: Sergei Dvoretski, Dimitri Osipov, Alexei Rodionov, Alain Costils, Urbain Girod, Bernard Fréchengues, Dominique Naumowicz, Jacky Albrecht, Cedric Varain y Dominique Bert.
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viernes, 20 de junio de 2008
Todos a clase
El juez Tomás Galindo ha realizado y colgado en la red unos estupendos videos explicativos del reglamento de la marcha. Su visionado debería acabar con las dudas que todavía les quedan a algunos (y no miro a nadie). Con su permiso pongo aquí la primera parte.
Aquí está la segunda.
Aquí está la segunda.
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jueves, 19 de junio de 2008
En el Everest de Palma
Dos pájaros de un tiro. Aprovecho que tengo que llevar a cabo el trabajo de campo para un futuro reportaje para hacer a la vez un entrenamiento combinado de ruta y travesía de montaña. Subo al Pujol des Gat, la cima más alta del término municipal de Palma. 510 metros nada menos. Entre que voy por un sitio y vuelvo por otro, 22 kilómetros.
miércoles, 18 de junio de 2008
Y no digo que no tenga su mérito
El pasado fin de semana se disputó en la ciudad francesa de Sotteville un mitin internacional que, como viene siendo habitual en ese país en los últimos tiempos, incluía una prueba de 5.000 metros marcha. Ganó Yohan Diniz, que en plena preparación para los Juegos Olímpicos registró un crono de 18'42"67, a solo ocho segundos de su propio récord de Francia. Diniz pasó el primer kilómetro en 3:39 tal como muestra la foto. No seré de los que digan que marchando así cualquiera es capaz de hacer un kilómetro en 3:39, porque incluso marchando así la cosa tiene su mérito. Pero es que así no se puede marchar. (Porque supongo que tampoco saldrá nadie diciendo que esta pérdida de contacto no se ve.)
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martes, 17 de junio de 2008
Me quejo
Contenido de la correo electrónico remitido por mí en el día de ayer al presidente del Comité de Jueces de la Federación de Atletismo de las Islas Baleares.
Permíteme que por escrito, aunque de una manera un tanto informal, te cuente el contenido de la queja que el pasado domingo expresé a los jueces de marcha tras la disputa de la prueba de 10km del Campeonato de Baleares.
De un tiempo a esta parte -tiempo bastante largo- vengo observando que existe cierta confusión en algunos jueces sobre la utilización de las tablillas amarillas y las tarjetas rojas. Aunque no haga falta, recordaré aquí que la tablilla amarilla se muestra cuando el atleta corre peligro de marchar antirreglamentariamente (es decir, cuando teóricamente todavía marcha bien) y la tarjeta roja se le adjudica cuando marcha ya de manera antirreglamentaria. En términos coloquiales, la tablilla viene a ser un consejo y la tarjeta una sanción. Aquí, sin embargo, algunos jueces utilizan ambas de manera simultanea, es decir, muestran la tablilla e inmediatamente, antes de volver a ver al atleta pasar ante ellos, rellenan ya la tarjeta roja. Esto no solo es un completo sinsentido y una acción antirreglamentaria, sino que supone un engaño para el marchador, que cree que el juez le está avisando de que cuide su técnica cuando realmente lo que está haciendo es proponiendo su descalificación.
Entiendo que el reglamento de la marcha es complicado (y ello por culpa, sobre todo, de su farragosa redacción), pero pienso también que nos obliga a todos.
Un saludo
Bernardo José Mora
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domingo, 15 de junio de 2008
Medalla de bronce y gracias
Campeonato de Baleares Absoluto al Aire Libre. Mientras en otros lugares se recortan las distancias de las pruebas, aquí en Baleares hemos tenido la buena idea de conservar nuestro campeonato de 10.000 original. Sin embargo, llegado el momento, todos nos arrepentimos porque hace mucho calor, estamos pasados de forma, cortos de entrenamiento, o qué se yo. En fin, que en estas no me queda sino conformarme con la medalla de bronce y bajar de 54 minutos. Para colmo, después de la prueba me pongo a discutir con un juez que no entiende que yo no entienda cómo puede ser posible que me muestre una tablilla y antes de volver a pasar por delante de él me encuentre con que ya me ha endilgado la tarjeta roja en la pizarra.
Resultados: 1.- Mario Avellaneda (74 PIT) 48:55.7; 2.- Tino Ruescas (88 SIU) 52:44.2; 3.- Bernardo José Mora (63 SIU) 53:40.9; 4.- Gabriel Cloquell (94 MNO) 1:07:49.4.
Resultados: 1.- Mario Avellaneda (74 PIT) 48:55.7; 2.- Tino Ruescas (88 SIU) 52:44.2; 3.- Bernardo José Mora (63 SIU) 53:40.9; 4.- Gabriel Cloquell (94 MNO) 1:07:49.4.
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sábado, 14 de junio de 2008
Seis días después
Se acabó. Durante seis días este blog ha seguido el desarrollo de los 6 días de Antibes y la actuación de Edu Clemente (del que ya se recordó en su momento su ambivalente condición de ultracorredor y ultramarchador). Durante 144 horas Edu y sus cincuenta y tantos compañeros han estado dando vueltas a un circuito de poco más de un kilómetro, algunas corriendo, caminando otras, y parando de vez en cuando para dormir unas horitas y recuperar fuerzas con las que ponerse de nuevo en marcha. La organización ha ido actualizando la clasificación cada seis horas y ha sido divertido sentarse cada mañana ante el ordenador con el café con leche en la mano y entrar en la web para ver cómo durante la noche aquellos cabrones seguían sumando kilómetros. Y lo mismo cuando, después de entrenar, entrabas de nuevo a buscar la última clasificación de la jornada (bueno, había una a medianoche, pero para entonces normalmente yo ya estaba en la cama) y te los encontrabas todavía ahí.
En fin, que a fuerza de darle al copiar y pegar y calcular las distancias que había entre unos y otros, al cabo de dos días y medio ya hasta creías conocer a Cornelia, al tal Moczik -que se lesionó y tuvo que renunciar a luchar por la victoria, se siente- y al Micaletti remontador de los cojones. Finalmente Edu ha terminado cuarto tras recorrer 717 vueltas al circuito, esto es 735 kilómetros y 256 metros. Y ha ganado Cornelia. Un aplauso. A todos.
En fin, que a fuerza de darle al copiar y pegar y calcular las distancias que había entre unos y otros, al cabo de dos días y medio ya hasta creías conocer a Cornelia, al tal Moczik -que se lesionó y tuvo que renunciar a luchar por la victoria, se siente- y al Micaletti remontador de los cojones. Finalmente Edu ha terminado cuarto tras recorrer 717 vueltas al circuito, esto es 735 kilómetros y 256 metros. Y ha ganado Cornelia. Un aplauso. A todos.
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jueves, 12 de junio de 2008
Los otros marchadores
Bernabé Rodríguez ha dejado un comentario en el blog llamando la atención sobre la práctica del nordic walking (esto es, la marcha nórdica), deporte en el que él ha mejorado recientemente el récord mundial de las 24 horas tras recorrer un total de 166,060km. La marcha nórdica está adquiriendo cierto auge en los últimos tiempos y aunque se mantiene todavía en un carácter eminentemente recreativo se está empezando a organizar en su vertiente competitiva. Los americanos, que siempre son los más listos a la hora de ponerse a vender sus cosas, aprovechan cada año la celebración del maratón de Portland para organizar por su cuenta y riesgo el campeonato del mundo de marcha nórdica (por cierto, también ofrecen la posibilidad de disputar el maratón en marcha atlética, aunque aquí no se atreven a darle rango de campeonato mundial). Curiosamente, el campeón mundial de marcha nórdica de 2007 fue el marchador estadounidense Philip Dunn (foto), que en la pasada Copa del Mundo de Cheboksari se clasificó en 40ª posición en los 50km con un crono de 4:05:10. Dunn cubrió los 42,195 del maratón en 5:03:17.
A grandes rasgos, las reglas básicas de la marcha nórdica son las siguientes:
-Se marcha con bastones, que deben apoyarse en el suelo alternativamente y detrás del talón del pie que avanza.
-El codo del brazo que avanza debe sobrepasar la vertical del tronco en su recorrido.
-No se puede perder contacto con el suelo (y aquí no valen ridículos subterfugios del tipo "a simple vista" que solo tienen como objetivo justificar lo injustificable).
-La flexión no solo no está prohibida sino que es obligatoria.
A grandes rasgos, las reglas básicas de la marcha nórdica son las siguientes:
-Se marcha con bastones, que deben apoyarse en el suelo alternativamente y detrás del talón del pie que avanza.
-El codo del brazo que avanza debe sobrepasar la vertical del tronco en su recorrido.
-No se puede perder contacto con el suelo (y aquí no valen ridículos subterfugios del tipo "a simple vista" que solo tienen como objetivo justificar lo injustificable).
-La flexión no solo no está prohibida sino que es obligatoria.
lunes, 9 de junio de 2008
Un ruso bate el récord mundial de 20km bajando de 1:17 y aquí como si nada
Efe. El ruso Sergey Morozov, de tan solo 20 años, ha establecido un nuevo récord del mundo de los 20 kilómetros marcha, al recorrer la distancia en 1h16:43 durante los campeonatos nacionales de su país en Saransk, según informa la Federación Internacional de Atletismo (IAAF).
Morozov, campeón mundial juvenil en 2006 y europeo júnior en 2007 de los 10.000 metros, se ha convertido en el primer marchador de la historia en bajar de la barrera de los 1h17.
Esta nueva plusmarca mejora notablemente el anterior récord universal, que poseía con 1h17:16 su compatriota Vladimir Kanaykin desde el pasado 29 de septiembre, también en Saransk. Kanaykin fue, precisamente, el segundo en la prueba disputada hoy con la segunda mejor marca de todos los tiempos, 1h16:53.
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No hay manera, oye
Tampoco ahora. Ray Sharp abandonó en torno al kilómetro 40 en la prueba de 100 millas celebrada este pasado fin de semana en Minneapolis. Ray anuncia que a partir de ahora se dedicará al esquí de fondo. Suerte.
domingo, 8 de junio de 2008
¿Es George Littlewood el más grande atleta de todos los tiempos?
Esta es la pregunta que alguien se hace en el foro de Coolrunning.com. George Littlewood es el hombre que todavía hoy mantiene el récord mundial de los Seis días de marcha. En total, 855,180km. Lo consiguió en Sheffield, Inglaterra, entre el 6 y el 11 de marzo... ¡¡de 1882!!. Posteriormente, cuando las carreras de seis días se trasladaron a los Estados Unidos convertidas en pruebas ya no de marcha sino de estilo libre (y en las que se ganaban verdaderas fortunas), Littlewood estableció también el récord corriendo en algo más de 1.000km, récord que no fue batido hasta casi un siglo después por el conocido Yannis Kouros.
Eduard Clemente, ultrafondista, pero también marchador de 24 horas y ligas catalanas varias, participa desde hoy en los Seis días de Antibes. Eduard ha dejado dicho en corredors.cat que empezará corriendo y luego, cuando mengüen las fuerzas y sobrevengan los dolores, continuará caminando todo lo rápido que pueda. Así hasta el viernes que viene. Le seguiremos desde aquí.
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viernes, 6 de junio de 2008
Sobre el criterio
En el foro de AEMA, a requerimiento de Joaquín Martín, vamos aportando nuestras particulares visiones sobre el problema del juicio de la marcha.
¿Cómo es posible que de pronto se descalifique a un marchador que nunca antes ha sido descalificado? Y viceversa. ¿Acaso un atleta no tiene siempre el mismo marchar? ¿Acaso los jueces no aplican siempre el mismo criterio? Aquí intervengo yo. En mi línea habitual, como es de suponer.
¿Cómo es posible que de pronto se descalifique a un marchador que nunca antes ha sido descalificado? Y viceversa. ¿Acaso un atleta no tiene siempre el mismo marchar? ¿Acaso los jueces no aplican siempre el mismo criterio? Aquí intervengo yo. En mi línea habitual, como es de suponer.
Foto cortesía Multimediavisini.
El problema, a mi juicio, es que el reglamento no está hecho para favorecer al atleta sino para favorecer al juez. Las últimas modificaciones han ido en esta línea. Por una parte, visto que era difícil a veces establecer cuándo la flexión era reglamentaria y cuándo infringía la norma, se decidió eliminarla completamente. (Fin del problema.) Y en lo que se refiere a la pérdida de contacto se decidió establecer por decreto que el juez siempre tiene razón. No hay una norma general. Un marchador marcha mal si el juez dice que marcha mal. Y dado que ningún otro elemento de juicio es válido, no hay discusión posible. El juez es infalible y no se le puede pedir que rinda cuentas. Incluso en el hipotético caso de que dos jueces colocados uno al lado del otro emitieran diferentes opiniones sobre el marchar del mismo atleta en el mismo tramo de la carrera, ambas serían igualmente correctas. Un marchador puede marchar bien y mal a la vez.
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martes, 3 de junio de 2008
A ver si esta vez se puede
Llegan las 100 millas. La distancia perfecta. El pasado fin de semana se celebraron las del Continental Centurion Club, en Schiedam, Países Bajos. Joer, qué recuerdos. Yo gané esa carrera en 1998 en 18 horas 23 minutos y 54 segundos. En 1994 había conseguido allí mismo la calificación de centurion (el 249) al terminar sexto con 20:14, y en 1992, en mi primer intento, me retiré tras 122 km cuando iba en primera posición y le sacaba cuatro kilómetros al segundo. Este año -en el que trece marchadores han conseguido cubrir por primera vez los 160,934km en menos de 24 horas-, curiosamente ha ganado una mujer, Sandra Brown, con 20.14.23 (no debería extrañarnos; este mismo fin de semana ha pasado tres cuartos de lo mismo en el campeonato de Cataluña y solo eran 5.000 metros).
El fin de semana que viene les toca el turno a los americanos. El American Centurion Club, el segundo más antiguo, reparte sus credenciales en Minneapolis. Entre los inscritos está Ray Sharp, internacional con Estados Unidos en la pasada Copa del Mundo de Cheboksari. A ver si esta vez se puede.
Foto cortesía Racewalk.com
El fin de semana que viene les toca el turno a los americanos. El American Centurion Club, el segundo más antiguo, reparte sus credenciales en Minneapolis. Entre los inscritos está Ray Sharp, internacional con Estados Unidos en la pasada Copa del Mundo de Cheboksari. A ver si esta vez se puede.
Foto cortesía Racewalk.com
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