La salida de los 20km hombres se da a la una de la mañana hora española, las ocho de la mañana en Osaka. En la pista, Paquillo, Jefferson, Ghoula, Brugnetti, Eder y todos los demás. En el puesto de comentaristas de TVE, Esteban Gómez y José Luis González. Por parte de estos, la cosa promete. A los pocos kilómetros, empiezan llamando
nulos a las tarjetas rojas, se supone que porque entienden que dado que tanto unos como otras conllevan el adiós a la competición para el atleta que sume tres, en el fondo deben de tratarse de lo mismo. Luego, José Luis González zanja la discusión sobre el número de tarjetas -ahora llamadas también
nulos, ya digo- que lleva Brugnetti diciendo que al menos lleva una porque ha visto cómo se la mostraban. Esta claro que José Luis González no distingue entre una tarjeta roja y una tablilla amarilla, lo cual, teniendo en cuenta el número de retransmisiones que lleva, tiene delito. Con todo, lo bueno viene después, allá por el kilómetro 15, cuando el mismo González, tras una de sus parrafadas más o menos técnicas, reconoce que de todas formas él no
controla mucho, que no ha hecho ningún curso de marcha. Entonces es cuando uno se pregunta que qué coño hace retransmitiendo una prueba de marcha si no sabe de qué habla. ¿Y quién es el listo que le ha contratado, si no es mucho pedir?
Hasta aquí la cosa ha venido siendo divertida, pero ya con Jefferson Pérez enfilando hacia el estadio en solitario, otra vez González -qué boda sin la tía Juana- realiza una elíptica comparación entre la marcha y las demás disciplinas atléticas dejando caer que una cosa es la marcha y otra cosa, por Dios, es el 100 o el 1.500. Y ahora es cuando tú te preguntas cómo puedes responder a esto.
No hace falta. Al cabo de un rato lo va a hacer la propia IAAF a través de su Jurado de Apelación. La marcha no es como el 100 o el 1.500, efectivamente. La marcha no es seria. La marcha es un cachondeo.
A Paquillo Fernández lo descalifican después de llegar en segundo lugar porque el juez principal, que hoy es el americano Ron Daniel, considera que ha infringido el reglamento marchando de forma incorrecta en los últimos cien metros con el objetivo de superar al tunecino Ghoula. A Paquillo le dan la noticia cuando está a punto de atender a la periodista de TVE. "La marcha es así", dice, resignado. Media hora más tarde, en la radio, ya no lo está tanto. "Paquillo dice que no ha corrido", anuncia el periodista. "Nunca he corrido", asegura Paquillo, demostrando que ha tenido días mejores en todos los aspectos.
Me voy a dormir con Paquillo descalificado junto a siete u ocho atletas más, lo que indica ya bien a las claras que en la marcha hay un problema serio. Pero cuando me levanto para ir a entrenar veo que Paquillo ha sido recalificado por el Jurado de Apelación. A mí ya no hay nada que pueda soprenderme. O eso creía. Porque luego leo la nota oficial del Jurado con la que intentan justificar su decisión. La traduzco.
Tras examinar el vídeo de la carrera y discutir con el Juez Principal, el Jurado de Apelación decidió unánimemente que el modo de progresión del atleta español no merecía la descalificación.
¿Pero es que se creen que somos imbéciles o qué? Todo esto es mentira. Tras examinar el vídeo -por cierto, ¿no decían que no valía?- la única conclusión a la que el Jurado de Apelación ha podido llegar es que efectivamente, Paquillo infringía las reglas de la marcha. Por mucho que lo niegue él y lo niegue la IAAF, Paquillo corría. Lo hacía en los últimos 100 metros y durante toda la carrera. Pero lo hacía él y lo hacían todos los demás en igual o mayor medida. No solo los siete u ocho a los que hoy les ha tocado irse a la calle. Y tanto en el caso de los unos como en el de los otros, la pérdida de contacto se distinguía a simple vista. Conque hagan el favor de no seguir tomándonos por gilipollas.
Actualización 27/8: En los comentarios incluyo la intervención del juez principal, Ron Daniel, en el Grupo Race Walking de Yahoo narrando lo sucedido en la pista y dando su opinión sobre lo acontecido después en los despachos.